Hola a tod@s.
Me gustaría compartir con vosotros la experiencia que recientemente hemos vivido mi hijo y yo: el robo de mi bici. Aquí os dejo una «foto reciente» de la protagonista de esta entrada:
Como se puede observar, se trata de una bicicleta seleccionada intencionadamente para resultar poco atractiva. La compré en mis años de estudiante, y me ha reportado muchas satisfacciones. Gracias al trasportín, descargaba mi espalda en mis desplazamientos laborales por la ciudad, y me servía para hacer recados por la ciudad con mi hijo cuando no le apetecía ir en su propia bicicleta (también en la imagen).
Las cubiertas estaban algo pasadas antes del verano, así que decidí comprar una nueva para la rueda trasera. Y me da la impresión de que ese ha sido el fallo, pues no tenía ni una semana de uso la cubierta cuando me robaron la bicicleta.
Os cuento cómo ocurrió:
Mi hijo y yo decidimos ir en mi bici a comprar al Centro Comercial La Sierra de nuestra ciudad. Está a una distancia prudente en bicicleta desde casa, aunque excesiva para ir y volver andando, y con la compra.
Como tantos otros progenitores, aprovecho las salidas con mi hijo para que aprenda cómo ha de circular en bicicleta. Así que ya en la puerta del Centro Comercial buscamos un aparcamiento para bicicletas, pues considero que hay que darle preferencia sobre cualquier otro soporte más cercano al destino (hay que utilizar los recursos que han puesto a nuestra disposición).
Una vez que realizamos la compra, comprobamos al salir que la bicicleta no se encontraba donde la dejamos. No había dejado ni los restos del candado o de la cadena.
Lo curioso es que mi hijo enseguida me dijo: «¡Vamos a llamar a la policía para que encuentre al ladrón y nos devuelva la bicicleta!»
Para nosotros, mi bicicleta es muy importante. Pero sin duda en eso no pensó el que se la llevó. Probablemente, sólo en que había allí una cubierta nueva instalada en una vieja bicicleta. Para su uso personal o para venderla, se llevó una bici completa por una simple cámara de menos de 10 euros.
Qué me hace pensar este modesto hurto:
Son sobradamente conocidos los beneficios del uso de la bicicleta en la ciudad: el tráfico, la contaminación, la salud de los ciudadanos,…
Continuamente surgen propuestas para tratar de fomentar su uso:
- Camino Escolar Córdoba
- Mobikes
- Plan de Movilidad Urbana Sostenible de Córdoba
- Día de la Bicicleta
- Etcétera (por favor, si me he dejado atrás tu propuesta, discúlpame. Puedes dejarla en los comentarios. Gracias)
Nosotros lo tenemos claro: compraré algún sistema de fijación más eficaz, y dejaré la bicicleta en lugar seguro, aún existiendo aparcamiento para bicicletas en las inmediaciones del destino.
Mayte Jiménez Romera
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Hola,
en la entrada especificas que elmlugar donde aparcaste había cámaras. ¿has intentado hablar cn el centro comercial para ver las cintas y encontrar al delincuente?
Saludos y suerte. 🙂
Hola, Manuel.
Gracias por tu interés.
Me lo estuve pensando en la puerta del C.C.
Hace unos años, en verano, me robaron el coche. Fui a dar parte. Tras unos días sin saber nada, de forma particular pasamos por determinado barrio cordobés, y allí estaba. Lo había chocado contra algo que lo dejó destrozado por delante, y se habían llevado la batería. Así que lo dimos de baja. Lo cierto es que mucho no debieron de molestarse en buscarlo los agentes, porque estaba bien visible, sin ni siquiera tener que entrar en ese barrio.
En otra ocasión llamé a la Policía con el ánimo de denunciar un robo de algo valioso para mí, pero considerado «hurto» legalmente. El funcionario que me atendió me dijo que no merecía la pena, ni teniendo pruebas de quién lo había hecho (como así era).
Así que, teniendo en cuenta las circunstancias (con un niño y la compra, lejos de casa), decidí que no merecía la pena invertir tiempo y ánimo en tratar de recuperar mi bici. Posiblemente, nada más robarla le quitarían cualquier objeto de valor y abandonarían lo demás.
Cuando lo supo, mi marido quiso recorrer las calles del vecino barrio tratando de buscarla. Pero no quise correr el riesgo de efectivamente encontrar la bici y al responsable de su desaparición, y que peligrara nuestra integridad física. Ni creo que sea el mejor ejemplo para nuestros hijos ser testigos de la situación que pudiera surgir.
Quizás te parezca conformista. Pero simplemente prefiero que el hecho quede en la pérdida de mi bicicleta.
Siento no estar de acuerdo contigo. A la policia hay que denunciar todos los robos y hurtos, aunque sea para que tengan más trabajo rellenando papeles. De lo contrario se dedican a dar hostias al personal y no precisamente al ladrón, que tampoco debe ser, sino al que se manifiesta en defensa del bienestar social. Puede ser un tiempo perdido, pero es muy breve.
Y tenemos que empezar a denunciar a aquellos que ocompran objetos robados.
Me han robado la bici hace una semana, dedico mucho tiempo a su recuperación y espero no desanimarme.
Estimado Luis,
Siento mucho que te hayan robado la bici a ti también. Si estás dedicando tiempo a su recuperación, supongo que tendrá bastante más valor económico que la mía.
Coincido contigo en que tenemos que tratar de evitar que continúen vendiendo los objetos robados.
Desde que tengo memoria, cualquiera en la ciudad sabe en qué establecimientos o barrios se pueden tratar de encontrar los objetos robados. ¿Por qué no se pone freno a la situación?
Por mi parte, he invertido en tratar de proteger mejor mi bicicleta, y pongo más cuidado que antes en dónde la dejo aparcada.
Mucho ánimo en tu búsqueda. Espero que tu interés en continuar disfrutando de la bicicleta no decaiga por esta desagradable sorpresa.
Hola Mayte.
Siento mucho lo ocurrido. La verdad es esa. Se te quitan las ganas de denunciar porque sabes que al final no van a solucionar nada. Ni cámaras ni ninguna otra prueba van a devolverte lo robado. Los ladrones se van a ir de rositas, aunque lo estés viendo con tus propios ojos. A ellos nunca les pasa nada.
Es una pena, pero esa es nuestra justicia. Lo sé por experiencia. Incluso en grandes robos.
Espero que este hecho no te haga perder el hábito tan bueno de utilizar la bici y sobre todo, de transmitírselo a tus peques.
Besos.
Muchas gracias por tus palabras y tu apoyo, Eugenia.
Este robo sólo ha interrumpido temporalmente nuestras costumbres bicicleteras, afortunadamente.
Hola María Teresa.
He entrado en tu blog vía Linkedin, y me solidarizo contigo y con tu hijo.
Hace ya bastantes años, mi bicicleta también «desapareció» en Rabanales, a donde solía desplazarme con ella para ir a clase. Curiosamente, no era una bicicleta vistosa (ni mucho menos) pero así ocurrió.
Una verdadera lástima que estos hechos sucedan y se repitan.
Gracias por compartir la experiencia y mostrarla además desde una óptica educativa.
Un saludo
Hola, Rafael.
Gracias por tu aportación.
La verdad es que le dí muchas vueltas a la idoneidad de escribir esta entrada en un blog de actividades infantiles. Finalmente, me decidí porque es algo que de un tiempo a esta parte se está repitiendo, y de alguna forma quise aportar mi granito de arena para lograr cierta visibilidad de este problema.
Lo curioso es que, a raíz de la publicación, estoy recibiendo mucha información interesante sobre cómo tratar de evitar los robos de bicicletas por un lado y, por otro, estoy encontrando a mucha gente a la que le han robado una bici (o más, incluso).
No se trata de un artículo de primera necesidad, pero tampoco de lujo para aquellos que la utilizamos.
Me sorprende conocer que existen incluso establecimientos de compra-venta de artículos de segunda mano donde de sobra se conocen que van a parar muchas bicicletas.
¿Fomenta entonces la compra de artículos de segunda mano el robo?
¿Qué se hace desde la administración en estos casos?
Tras sufrir el robo de mi bicicleta, he estado investigando en seguridad para dotar adecuadamente la bicicleta que utilizaré a partir de hoy en mis desplazamientos urbanos.
Interesante me ha resultado el folleto que he conocido gracias a Pedro Pérez, de la Asociación Cordobesa A Pata, en la web ruedasredondas.org (arriba a la izquierda podéis ver/descargar el anverso y el reverso).
Asombroso me resulta que sea ampliamente conocido el destino de muchas bicicletas robadas en nuestra ciudad (una conocida tienda de segunda mano por la zona de Los Omeyas), y no se exija ningún comprobante de compra a la hora de depositar cualquier artículo.
Por mi parte, adicionalmente a las medidas recomendadas (candado en U en combinación con una cadena o pitón, por ejemplo), voy a grabar mi nombre en el cuadro, las cubiertas y el sillín, además de tomar nota del número de bastidor.
Para mi suerte, la bicicleta que voy a utilizar fue un regalo de hace años, por lo que no dispongo de factura. Después de la experiencia, recomiendo guardar cualquier comprobante de compra también por si en algún momento lo necesitáramos.
¿Tienes otra propuesta o consejo para la seguridad de la bicicleta?
Te agradecería que lo dejaras en los comentarios.
Un saludo.
Siento lo de la bici. Es de muy mal rollo comprobar que te roban algo y a cuando le tienes cariño.
He leido lo que te han escrito y lo que has contestado y celebro que vuelvas a tener otra y la dotes bien, a ver si esta vez tienes suerte y no te la roban, pero es verdad que cuando se está fomentando el uso de la bicicleta, bien podrían poner medidas que beneficien a los ciclistas.
Besos